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martes, marzo 27, 2018

Caminar bajo la lluvia



Combate sin batalla,
rehén de las infinitas gotas.
Sendero bajo la barricada de la muralla,
al abrigo de mil notas.

Aroma de tiempo detenido,
pasos del vagabundo mas rico.
Baile de plata exquisito,
y al aire un brindis infinito.

Huellas en el cemento sin toalla,
mar de nubes rotas.
Funeral del sol en la pantalla,
baúl con canciones remotas.

Sueño del recuerdo eterno,
sin ayer ni mañana.
El sentido escrito en el cuaderno,
y dos almas bajo una magia lejana.  

La bellota y el monje

     


     Paseaban el maestro y el aprendiz por el bosque y de pronto el maestro le dijo al alumno: 

- ¿Ves esa bellota? Cógela. 

El alumno la cogió, y ambos siguieron andando. De pronto se encontraron con un arbolito pequeñito y el maestro le dijo al alumno: 

- ¿Ves ese arbolito? Trata de arrancarlo. 

El alumno tras mucho esfuerzo al fin lo logró. Siguieron andando y se toparon de frente con un inmenso roble grande y frondoso, con tronco grueso y raíces profundas. El maestro le dijo al alumno:

- ¿Ves ese roble? Arráncalo.

El alumno miró al maestro extrañado y le dijo: 

- Maestro si con el arbolito casi no pude, ¿cómo voy a poder arrancar este roble?.

El maestro contestó: 

- Tus hábitos son como este roble, cuando están muy profundamente arraigados es prácticamente imposible cambiarlos. Todo empieza como esa diminuta bellota que llevas en las manos. Si identificas que es negativo al principio es fácilmente reemplazable. Si lo dejas por mucho tiempo, te pasará como con el arbolito, costará pero con esfuerzo lo lograrás. Si dejas que tus hábitos negativos se instalen en tu vida demasiado tiempo, se convertirán en un enorme roble imposible de arrancar.

Extraído: internet, http://losrelatosdemontse.blogspot.com.es

viernes, marzo 16, 2018

La roca en el camino



     En un reino lejano, hubo una vez un rey que colocó una gran roca en medio del camino principal de entrada al reino, obstaculizando el paso. Luego se escondió para ver si alguien la retiraba.
Los comerciantes más adinerados del reino y algunos cortesanos que pasaron simplemente rodearon la roca. Muchos de ellos se quedaron un rato delante de la roca quejándose, y culparon al rey de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo nada para retirar el obstáculo.
Entonces llegó un campesino que llevaba una carga de verduras. La dejó en el suelo y estudió la roca en el camino observándola. Intentó mover la roca empujándola y haciendo palanca con una rama de madera  que encontró a un lado del camino,después de empujar y fatigarse mucho, finalmente logró apartar la roca.  Mientras recogía su carga, encontró una bolsa, justo en el lugar donde había estado la roca. La bolsa contenía una buena cantidad de monedas de oro y una nota del rey, indicando que esa era la recompensa para quien despejara el camino.
El campesino aprendió lo que los otros nunca aprendieron:
Cada obstáculo superado es una oportunidad para mejorar la propia condición. 
Extraído: Internet, https://psicologia-estrategica.com

En un instante



En un instante sientes dolor,
atrás queda la herida,
por llegar la cura interior. 

En un instante sientes miedo,
atrás queda el mal momento,
por llegar la valentía que heredo. 

En un instante sientes la tristeza,
atrás queda el daño,
por llegar la fortaleza. 

En un instante sientes y vives,
el atrás no existe,
y el llegar un espejismo que describes.