El viejo sabio salía del agua chorreando y sus discípulos, sentados
en la orilla, reían, burlándose de él porque le habían visto tropezar
en las piedras y caer al río. El sabio les miraba con semblante severo,
parecía enojado, lo que hizo redoblar las risas. Le vieron desnudarse,
encender un fuego y poner su ropa a secar.
Para aquellos jóvenes, que seguían las enseñanzas de su maestro cada día, verle caer en el agua había sido una revelación.
Sin decir una palabra, el sabio volvió a ponerse la ropa en cuanto
estuvo seca y, siempre en silencio, saltó al río y lo cruzó, haciendo
signos a sus discípulos de que le siguiesen.
¿Qué tenían que hacer? ¿Iba el maestro, según su costumbre, a
enseñarles una lección profunda? Cada uno de ellos a su vez saltó al
agua y llegó a la otra orilla.
Entonces el sabio les preguntó sonriendo:
¿Quién es más estúpido, el que tropieza o el que no hace más que seguir?
Extraido: Internet, autor (Fun Chang)
2 comentarios:
Hoy me ha dado por entrar en tu blog, no sé si por casualidad, y me he quedado impresionada de toda la filosofía que encierra. Me han encantado tus cuentos y la forma en que los presentas, creo que difundes sabiduría y por ello creo que voy a quedarme para poder seguirte mas de cerca.
Muchas gracias por compartir este hermoso trabajo.
Saludos cariñosos.
Me alegra leer que te gusta, espero que disfrutes tanto este rincón como yo.
Besos
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