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domingo, junio 24, 2007

Un amigo



Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.

El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta y descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta.

Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta...

Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo:
-"has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta, nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como
las que aquí ves." Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas le devastará, y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.

Los amigos son joyas preciosas. Nos hacen reír y nos animan a seguir adelante. Nos escuchan con atención, y siempre están prestos a abrirnos su corazón.

La parabola del caballo



Un campesino, que luchaba con muchas dificultades,
poseía algunos caballos para que lo ayudaran en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había
caído en un viejo pozo abandonado.

El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil sacar el caballo de allí. El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación, asegurándose que el animal no se había lastimado.

Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. Tomó, entonces, la difícil decisión: Determinó que el capataz sacrificase al animal tirando tierra en el
pozo hasta enterrarlo, allí mismo.

Y así se hizo...

Los empleados, comandados por el capataz, comenzaron a lanzar tierra adentro del pozo de forma de cubrir al caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba acumulando en el fondo, posibilitando
al caballo para ir subiendo.

Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba subiendo hasta que finalmente, consiguió salir!!! Si estás "allá abajo", sintiéndote poco valorado, y los otros lanzan sobre ti la tierra de la incomprensión, la falta de oportunidad y de apoyo, recuerda el caballo de esta historia.

No aceptes la tierra que tiraron sobre ti, sacúdela y sube sobre ella.

Y cuanto más tiren, más irás subiendo, subiendo, subiendo... Lo importante es levantarse si es que se ha caído, siempre valemos lo mismo para Dios. Y ninguna persona nos puede quitar ese valor.

Mis sueños



Te guardo flor de los sueños,

te riego con la ilusión de cada uno de mis días.

Guardando en tu jardín de los deseos,

los sentimientos de todas mis alegrías.


Me pregunto cual es el camino,

que margenes son los marcan mi vida.

Evitando caer en los pasos del olvido,

marcando cada uno de mis momentos con una sonrisa.


Vuelo por mi mundo imaginario,

disfruto de cada una de mis ilusiones.

Lucho por convertir en realidad este reino,

por que mis manos dibujen mil pasiones.

Hoy me siento



Hoy me siento tan grande,

regalado de vida,

lleno de aire.


Hoy me siento tan lleno,

diamantes por ojos,

sin sueños rotos.


Hoy camino simplificando,

paso a paso espero,

el fruto del arbol del deseo.


Hoy quiero esa felicidad,

me aferro al trato de la vida,

le pongo los puntos a la sinceridad.

Soñar


Y al dibujar tu figura,
en el sueño de una noche melancólica.
Me envuelve un silencio que dura,
un parpadeo de una frase poética.

Aferrado a la esquina del deseo,
pendiente del hilo de la locura.
Bajo la luz de un infinito paseo,
esperando que me regale la lluvia pura.

Me dejo viajar por mi corazón,
cada día, por los sueños de la ilusión.
Encontrando el camino alejado de la razón,
embriagado por sueños de pasión.