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martes, marzo 14, 2017

Dolor y sal



Un buen día, un maestro hindú se cansó de escuchar las quejas de su discípulo y decidió darle una lección. Le envió a buscar un puñado de sal. Cuando este regresó, le pidió que tomara un poco de sal y la echara en un vaso de agua, para luego beberla.
– ¿Qué tal sabe? – le preguntó el maestro.
– ¡Está salada y amarga! – respondió el discípulo.
El maestro, con una sonrisa en el rostro, le pidió que le acompañara al lago. Le pidió que echara la misma cantidad de sal y que bebiera el agua. Así lo hizo el joven.
– ¿A qué sabe el agua? – le volvió a preguntar.
– Está muy fresca.
– ¿Te supo a sal?
– No, en absoluto.
Entonces, el maestro le dijo: “El dolor que hay en la vida es como la sal. La cantidad de dolor siempre es la misma, pero el grado de amargura que probamos dependerá del recipiente donde versemos la pena. Por tanto, cuando experimentes dolor, lo único que debes hacer es ampliar tu perspectiva sobre las cosas. Deja de ser un vaso de agua y conviértete en un lago”.
 Recuerda que siempre es tu decisión qué hacer con tu dolor emocional: verter el dolor en un vaso o en un lago.
Extraído: Internet, http://www.baojpsicologos.es  

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