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viernes, noviembre 10, 2017

Inspiración


Colección de los recuerdos,
piel del reloj de arena. 
Olvido de los sueños,
puente de la conciencia plena. 

Pluma de las rasgadas letras,
vacilante ante el silencio. 
Rasgaduras sobre siluetas,
de infinitos versos del momento. 

Remo al viaje de los sentimientos,
lluvia en el jardín de la luna llena. 
Peregrino de los vientos,
en el desierto de la piedra ajena. 

Pecado en el cielo de las corrientes,
en esas páginas que frecuento. 
Guerra ganada en los frentes,
al vacío que me enfrento. 



El niño interior


En cierta ocasión, un gran y famoso profesor se dirigía andando hacia su casa después de haber impartido diversas clases. Andar le relajaba y le ayudaba a desconectar después de la concentración y el derroche de energía que implicaba todo un día dedicado a la docencia.
De las distintas rutas que podía elegir, ese día había optado por regresar a su hogar por la playa. El paisaje no conseguía distraer su atención, puesto que estaba demasiado absorto en sus engreídos pensamientos. Meditaba sobre los elogios que había recibido de los estudiantes. Rememoraba la gloria que para él había significado firmar los ejemplares de su último libro. El recuerdo de las diversas clases impartidas durante el día hacía que se sintiera orgulloso. Se felicitaba a sí mismo por lo que había hecho bien. Sí, ciertamente lo había hecho bien. Estaba orgulloso de ser bueno y de tener conciencia de ello.
Entonces hubo algo que llamó su atención. En la playa había un niño que estaba construyendo un castillo de arena. El hecho, en sí mismo, no era inusual; sin embargo, se trataba del mayor y más elaborado castillo de arena que el profesor había visto nunca.
El niño, de forma esmerada, recogía la arena con las manos y a continuación la apisonaba firmemente, aunque con delicadeza, en el lugar apropiado. Con sumo cuidado había construido torres y torretas, e incluso había colocado banderas en los parapetos. Su creación era un acto de amor.
El profesor se sentó en un banco del paseo y se puso a observar al niño. Cuando el chiquillo hubo completado su impresionante obra de arte, se tumbó a descansar en la arena y aparentemente admiró el castillo durante unos instantes.
El profesor conocía la emoción que se experimentaba en un momento así. Era exactamente el mismo sentimiento que había tenido un poco antes mientras caminaba por el paseo marítimo recordando sus logros del día.
De repente, el niño se levantó y tiró abajo el castillo, esparciendo por los alrededores toda la arena mientras observaba cómo las olas borraban cualquier vestigio de su existencia. La playa volvió a ofrecer su imagen habitual. Toda la arena quedó plana y uniforme. Era como si el castillo nunca hubiera existido.
El profesor hubiera querido gritar al niño pidiéndole que se detuviera, pero su decoro se lo impidió. ¡Qué pérdida! ¿Por qué tenía que destruir un logro así? ¿Por qué motivo un creador destrozaba su propia obra?
Deseaba preguntarle al niño por qué había actuado así, pero dudaba.
-¿Debo dirigirme a ese pequeño?, -se preguntaba a sí mismo el profesor. Se trata sólo de un niño y yo soy un gran maestro. ¿Acaso he de permitir que me vean hablando con él?.
Sin embargo, finalmente su curiosidad fue más fuerte que sus prejuicios. El profesor comenzó a andar por la arena y se dirigió al niño.
-Dime, -le interpeló, mientras permanecía de pie frente al niño, que continuaba tumbado, al tiempo que lo miraba con autoridad-, ¿por qué estás jugando con la arena?
-¿No es lo que los niños hacen?, contestó el jovencito. Los adultos me dicen que jugar es una forma de aprender, como si ello tuviera algún sentido distinto al de simplemente pasárselo bien. Hago lo que hacen los niños. Estoy jugando.» 
-Me intriga una cosa, -dijo el profesor- ¿por qué motivo has empleado tanto tiempo y esfuerzo en construir un castillo tan grande y tan bien elaborado para luego, sencillamente, derribarlo? Habías creado un castillo casi perfecto y después lo has destruido, mientras contemplabas cómo las olas borraban cualquier señal de su existencia. No queda ninguna prueba de tu obra.
-Mis padres me han hecho la misma pregunta, -confesó el niño. Mi madre ve en ello un gesto muy simbólico, pero mi madre es así. Ella opina que los distintos granos de arena se pueden equiparar a cada uno de los aspectos de la humanidad. Si se utilizan conjuntamente para construir una obra y luego se los moldea y se les da con delicadeza una determinada forma, pasan a constituir un conjunto que deviene más importante que cada una de las partes que lo componen.
Ella dice que nuestra creatividad no tiene límites cuando trabajamos en equipo. Cuando nos olvidamos de nuestras relaciones con los demás y tratamos de existir como un grano de arena aislado y solitario, nuestra creatividad se destruye, de la misma forma que yo he destruido el castillo, o como el océano, al irrumpir en la playa, arrastra y esparce los millones de partículas de arena.
-Mi padre dice que es una forma de aprender aspectos de la vida. Dice que nada es imperecedero. Los castillos de arena son un ejemplo. Se crean y se destruyen. Existen y se desvanecen. Estos castillos, como todo en la vida, son efímeros. Representan nuestro viaje por la vida. Tanto los castillos como la vida son breves y temporales.
Cuando nos damos cuenta de esto podemos empezar a disfrutar del tiempo del que disponemos. Mi padre dice que construir castillos de arena es un método que tienen los niños para aprender y entender de forma intuitiva estas importantes lecciones de nuestra existencia.
-¿Y para mí?, -prosiguió diciendo el niño. Pues para mí se trata simplemente de un juego. Tal vez ello tenga algún significado, o tal vez no. Me limito a disfrutar con lo que hago. Me gusta notar la calidez del sol sobre mi cuerpo, percibir el sonido de las olas y sentir el tacto de la arena. Sencillamente me lo paso bien.
El profesor se dio cuenta de lo mucho que podía aprender de ese pequeño. Se desabrochó sus zapatos y se los quitó. A continuación se deshizo de sus calcetines y se subió las perneras de los pantalones. Se desprendió de la corbata y se sentó junto al niño.
-¿Me puedo quedar aquí?, preguntó. También me gustaría jugar.
Jamás dejes de ser un niño. Nunca dejes de sentir, gustar, ver y extasiarte ante cosas tan grandes como el aire, el vuelo y los sonidos de la luz del sol en tu interior.

Extraído: Internet, www.shurya.com, autor: Richard Bach

lunes, octubre 23, 2017

Amanecer



Las notas frías al alba, 
con olor al café del despertar. 
Director de la más dulce calma,
páginas infinitas del pensar. 

Inicio del tiempo a descontar,
sembrando luces en cada rincón. 
Manto que te invita a recordar,
esas páginas viejas del corazón. 

Línea de inicio inmediata,
del camino a comenzar. 
Rayos bajo la escalinata,
de un día más a disfrutar. 

Aroma al inicio del aura,
mar de sentimientos en los que nadar.  
Pájaro si jaula,
que vuela hacia el naranja solar


El problema




Un ratón, observaba a un granjero y a su esposa abriendo un paquete. Sintió curiosidad por lo que podría contener. Pero… ¡Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una trampa para cazar ratones!
Fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos: ¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!
La gallina, que estaba cacareando, levantó la cabeza y dijo: discúlpeme Sr. Ratón…Yo entiendo que es un gran problema para usted, pero a mí no me perjudica en nada, no me preocupa.
El ratón se acercó al cordero: ¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera!
El cordero respondió: discúlpeme Sr. Ratón, no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo, será recordado en mis oraciones.
El ratón se dirigió entonces a la vaca, pero esta le contestó: ¿Acaso estoy en peligro? Estoy segura que no.
Entonces el ratón volvió a casa, preocupado y abatido.
Aquella noche se oyó un gran escándalo, mucho movimiento y ruido.
La mujer del granjero corrió para ver qué había pasado, pero en la oscuridad, no vio que la trampa había atrapado la cola de una serpiente venenosa y al acercarse, la serpiente mordió a la mujer.
El granjero la llevó inmediatamente al hospital y después de atenderla, le dieron el alta, con la recomendación de que esa misma noche bebiera una sopa caliente.
Al llegar a casa, el granjero con su cuchillo, fue a buscar el ingrediente principal: LA GALLINA
Como la enfermedad continuaba, los amigos familiares y vecinos fueron a visitarla y claro para alimentarlos a todos, el granjero mató al: CORDERO
La mujer a pesar de los esfuerzos de su esposo, no mejoró y acabó muriendo. El granjero como necesitaba dinero para el funeral, tuvo que vender: LA VACA
Cuando escuches que alguien tiene un problema y no represente una carga a tu conciencia, recuerda esta historia. 

Extraído: Internet, https://sembrandocaminos.wordpress.com

jueves, septiembre 21, 2017

Carrera de ranitas




Érase una vez una carrera de “ranitas”. El objetivo era llegar a lo alto de una gran torre. Había en el lugar una gran multitud de espectadores… Mucha gente para apoyar y gritar por ellas. 

Comenzó la competición. Pero como los espectadores no creían que las ranitas pudieran alcanzar lo alto de una torre, lo que más se oía era: “¡Qué pena! Esas ranitas no lo van a lograr, no van a poder…” Y las ranitas comenzaron a desistir. Pero había una que persistía y continuaba la subida en busca del logro. La multitud continuaba gritando”¡qué pena, no lo van a lograr, no lo van a conseguir…!” Y las ranitas estaban desistiendo una por una, menos aquella que continuaba tranquila, cada vez más segura. Y al final de la carrera, todas desistieron, menos ella… La curiosidad se apoderó de todos; querían saber lo que había ocurrido. Y cuando fueron a preguntarle cómo lo había conseguido, cómo logró hacer la prueba, fue cuando descubrieron que era SORDA. 

No permitas que personas con el mal hábito de ser negativas derrumben tus mejores y más sabias esperanzas de tu corazón. 

Recuerda siempre: Hay poder en nuestras palabras y en todo lo que pensamos. Por lo tanto procura ser siempre POSITIVO. 

Sé sordo cuando alguien te dice que tú no puedes realizar tus sueños… Piensa además que tu boca tiene poder: una palabra de aliento a alguien que está pasando un mal momento, puede reanimarlo y ayudarle a salir adelante… Una palabra destructiva puede ser lo único que se necesita para destruirlo… Seamos cuidadosos con lo que decimos. 


Extraído: Internet, http://www.vidaemocional.com

El paso del tiempo




Se encienden las luces de madrugada,
día tras día iluminan el camino. 
Escritos de cada página recordada,
guardados en un corazón de pergamino. 

Encontrando latidos sin olvidos,
encendiendo la habitación construida. 
Desafiando los silencios,
devorando las vivencias cada día. 

Dejando pasar la brisa de la tarde,
contando minutos del despertar de la esperanza. 
Con el abrigo de la sabiduría por estandarte,
cobijado en el refugio de la enseñanza. 

Vivir caminando el viaje determinado,
disfrutando de la dificultad ganada. 
Sabor dulce el sendero caminado,
alegre de la aventura comenzada. 


jueves, junio 15, 2017

¿Por qué gritamos?


Un día preguntó un sabio a sus amigos lo siguiente:
¿Por qué la gente se grita cuando están enojados? Los hombres pensaron
unos momentos:
Porque perdemos la calma – dijo uno – por eso gritamos.
– Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado?, preguntó el sabio.
¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.
Finalmente él explicó:
Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego el sabio preguntó:- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, ¿por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.
El sabio continuó
Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aun más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.
Luego el sabio dijo:
Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.

Extraído: Internet, https://sembrandocaminos.wordpress.com

Escritor en la trinchera


La calma en el descuento del libro eterno,
aire sereno de la tierra de los versos. 
La vigilia del encuentro con el viejo cuaderno,
sentimientos y momentos inmersos. 

El cielo sobre el telón del anhelo,
sumido en la sabana de las palabras inventadas. 
El prisionero sin imperio,
consuelo del saber las ideas cercadas. 

La sentencia de la tinta bajo dueño,
pincelando en el blanco los trazos. 
La lluvia que dibuja ese pequeño sueño,
escribiendo letras unidas a lazos. 

El tiempo a la merced de mi viento,
recogiendo la obra de mis ideas hospedadas. 
El escritor bohemio que a veces frecuento,
perdido en el bosque de las miradas escuchadas. 


sábado, junio 10, 2017

Momentos de vida


Voz callada esparcida por el suelo, 
remo de la sombra silenciosa. 
Anhelo del sol y su calor eterno,
punto de lectura en la montaña más hermosa. 

Sereno de la tierra de las mil puertas,
bajo la calma del cobijo que da el libro. 
Tiempo de luz en las ventanas,
anidando los sentimientos con equilibrio. 

Encuentro en el desierto sin dueño,
caminante del sendero del saber. 
Pintor del amor color de sueño,
donde la última página es el lienzo del comprender. 

Suspiro al encuentro del querer,
amante sin pretexto al encuentro. 
Paraguas a la tormenta del ayer,
y el faro de la razón de mi epicentro. 

martes, junio 06, 2017

El viento



El viento ondea mi cometa,
bailando al son de la silueta de tu cabello. 
Emociones de colores su cola sujeta,
y mi sonrisa con cada destello. 

El viento es el camino de mis palabras,
la hoja infinita que acoge los versos. 
La ruta de los mil sentimientos,
el diario cuidado de quién amas. 

El viento perfila tu silueta,
dibuja tu sonrisa en cada nube,
Ilumina cada paso de etiqueta,
y no hay momento juntos que se oxide. 

El viento, mi dulce luna de verano,
repite en mi cabeza cada verso,
cada momento cortesano,

y escribe una vez más, una página en nuestro universo. 

martes, mayo 23, 2017

Viaje al interior



Pasos por el sendero de un mundo interior,
detrás, muros sin destruir.
Horizonte pintado color valor,
y palabras vuelan alrededor al escribir. 

Sentado frente al teatro de mi función,
director de la utopía de mis sueños. 
Luz tenue y una balada de pasión,
actuando los sentimientos y pensamientos serenos. 

Aplausos rompiendo el silencio desde el precipicio,
a flor de piel todos los sentidos. 
Abriendo los ojos de solsticio,
Y lazos de emociones unidos. 

Tiempo al son de este espectador,
guión del buen observador. 
Camino de seguro vencedor, 
ruta del propio mapa de mi yo explorador. 


martes, abril 25, 2017

Si tuviera ... sería feliz



Cuentan que una vez un hombre caminaba por la playa en una noche de luna llena mientras pensaba:
– “Si tuviera un auto nuevo, sería feliz”
– ” Si tuviera una casa grande, sería feliz”
– ” Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz”
– ” Si tuviera pareja perfecta, sería feliz”
En ese momento, tropezó con una bolsita llena de piedras y empezó a tirarlas una por una al mar cada vez que decía: “Sería feliz si tuviera…” 
Así lo hizo hasta que solamente quedaba una piedrita en la bolsa, la cual guardó. Al llegar a su casa se dio cuenta de que aquella piedrita era un diamante muy valioso. ¿Te imaginas cuantos diamantes arrojó al mar sin detenerse y apreciarlos? 
¿Cuántos de nosotros pasamos arrojando nuestros preciosos tesoros por estar esperando lo que creemos perfecto o soñado y deseando lo que no se tiene, sin darle valor a lo que tenemos cerca nuestro? 
Mira a tu alrededor y si te detienes a observar te darás cuenta de lo afortunado que eres, muy cerca de ti está tu felicidad, y no le has dado la oportunidad de demostrarlo.
Cada uno de nuestros días es un diamante precioso, valioso e irremplazable.
Depende de ti aprovecharlo o lanzarlo al mar del olvido para nunca más poder recuperarlo.
Extraído: Internet, https://sabiasmoralejas.wordpress.com

viernes, abril 21, 2017

Al acabar el libro


Desenreda el momento de la última página,
nudo medido de emociones.
Escapa de nuevo a la realidad vecina,
y espera que broten las impresiones.

Camino de letras recorrido,
bajo el horizonte a la deriva.
Última parada del tendido,
albergando la experiencia cautiva.

Respirando diferente la vida,
portando la mochila del saber.
Siguiendo la senda encendida,
y el corazón en el creer.

Saborea el último punto,
la ultima montaña del viaje.
Porque dentro del conjunto,

te has llevado el equipaje.

La fábula del puerco espí­n



Durante la Edad de Hielo, muchos animales murieron a causa del frío.

Los puerco espí­n dándose cuenta de la situación,decidieron unirse en grupos. De esa manera se abrigarían y protegerían entre sí­,pero las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, los que justo ofrecían más calor. Por lo tanto decidieron alejarse unos de otros y empezaron a morir congelados.

Ahí­ que tuvieron que hacer una elección, o aceptaban las espinas de sus compañeros o desaparecían de la tierra. Con sabiduría decidieron volver a estar juntos. De esa forma aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación con un ser muy cercano puede ocasionar,ya que lo más importante es el calor del otro.
                           
De esa forma pudieron sobrevivir.
                     
Moraleja de la historia

LA MEJOR RELACIÓN NO ES AQUELLA QUE UNE A PERSONAS PERFECTAS, SINO AQUELLA EN LA QUE CADA INDIVIDUO APRENDE A VIVIR CON LOS DEFECTOS DE LOS DEMAS Y A ADMIRAR SUS CUALIDADES..

Extraído: Internet, tumentecreaturealidad.blogspot.com

jueves, abril 06, 2017

La libélula



     Poco después, una de dichas larvas sintió un deseo irresistible de ascender hasta la superficie. Comenzó a caminar hacia arriba por uno de los finos tallos verticales y cuando finalmente estuvo fuera, se puso a descansar sobre una hoja de lirio. Entonces experimentó una transformación magnifica que la convirtió en una hermosa libélula con unas alas bellísimas. Trató de cumplir su promesa, pero fue en vano. Volando de un extremo al otro de la charca podía ver a sus amigas sobre el fondo. Entonces comprendió que incluso si ellas a su vez hubieran podido verla, nunca habrían reconocido en esta criatura radiante a una de sus compañeras.
   El hecho de que después de esa transformación que llamamos muerte no podamos ver a nuestros amigos ni comunicarnos con ellos no significa que hayan dejado de existir.
Extraído: Cuentos Para Crecer Y Curar, Michel Dufour

martes, marzo 28, 2017

La ciudad



Sombra de la ciudad sin camino,
cielo lejano de la mirada.
Pradera de asfalto sin campesino,
fatigado el tiempo en la esquina olvidada.

Ventanas tatuadas de la necesidad,
mercado negro del alma.
Ríos brotados de la propiedad,
bailes a velocidad sin calma.

Flores marchitas y desnudas de lo genuino,
luz de la melancolía sentada.
Tintes de escultor clandestino,
y barro de engaño enfundando la madrugada.

Aire miope de libertad,
frontera de una razón sin mapa.
Bálsamo del letargo de la soledad,
y arrugas del verso en la capa.