Se desnudan del reloj sus horas,
Emborrachando la tierra con tu aroma,
Mientras trepan sentimientos a nuestras alturas.
El tiempo se calma por dentro,
Maestro de nuestro baile de locura.
Acordes pacientes, arañando miel,
Dos figuras, pintadas bajo las olas del pincel.
La tenue luz bajo mis dedos,
Dibujan la silueta de tu piel.
Y se empapa el reloj y sus momentos,
Se funde la luz, y queda el sentir.
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