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jueves, enero 26, 2017

El viajero y la barca



Cuenta una historia oriental que un viajero recorría tierras salvajes e inhóspitas cuando se topó con un gran río. Inmediatamente se dio cuenta de que tenía un problema porque las aguas eran profundas, frías y turbulentas; no era posible alcanzar la otra orilla nadando. Tampoco podía darse la vuelta y volver por dónde había venido. Así que buscó durante días un puente o un lugar dónde poder vadear la corriente sin éxito. No parecía existir alternativa.
Nuestro viajero estaba muy abatido, se le acababa la comida y no parecía encontrar solución a su problema. Entonces tuvo una gran idea; haría una balsa trenzando ramas y juncos y con ella cruzaría el río. Así lo hizo y, a pesar de la fuerte corriente, tras mucho remar, sufrir y rezar, consiguió llegar a salvo a la otra orilla.
Sintió una gran alegría al pisar de nuevo tierra firme. Gracias a la balsa había conseguido escapar de una situación terrible y se sentía muy agradecido. Tuvo entonces un pensamiento angustioso, habría más ríos en su viaje. Nuevas dificultades y retos que superar.
Con este pensamiento nuestro viajero decidió cargar la pesada balsa sobre su espalda y continuar el camino, llevándola siempre consigo, a través de llanuras, montañas y desiertos. Y por más cansado que estuviese, por más que le doliera la espalda, nunca jamás la soltó.
Extraído: Internet, http://psicologacristinadelrio.com

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