Del suspiro navegante al aire,
se hizo trizas la línea de la cordura.
Dibujando trazos finos en un mapa de dulzura,
comenzó nuestra historia y un viaje de locura.
Rompimos reglas que no estaban escritas,
corrimos alrededor de las gaviotas del destino,
para construir nunca jamás en nuestro sueño,
y acompañarlo con la música de mil estrellas.
Caminamos ríos de agua infinita,
mojando sentimientos en el agua limpia y cristalina,
nadando con una corriente del velo de Afrodita,
jugamos y recogimos la canoa clandestina.
Luchamos contra el Goliat de la distancia,
con ambas manos unidas a un mismo objetivo.
Y vencimos con la ayuda del tiempo narrativo,
que relató nuestra historia de victoria desde el amor y la
constancia.
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